sábado, 26 de mayo de 2012

5ª y 6ª ETAPA



4º Día: Atapuerca - Hontares #
53,90 km
13,4 km/h media
4:00'17''

5º Día: Hontares * - Calzadilla de la Cueza
75 ,52 km
14,3 km/h media
5:16'03''

6º Día: Calzadilla de la Cueza - Mansilla de las Mulas
62,38 km
14,2 km/h media
4:23'30''


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* La rubia está tonta. Es Hontanas.
# La mozaca está idiota. Se lo he copiado a ella.

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5º y 6º día
9 y 10 - sept - 2011




     La rubia está cansada y ligeramente borracha, así que rehúye  sus labores de escribano (yo sé que es una burda excusa) y me toca a mí relatar estos dos días.


     El albergue de Hontares, en efecto, fue genial. Salvo por el pequeño detalle de que la gente se levantó a las 4 de la mañana. Tiene que ser bonito empezar la etapa bajo el cielo estrellado, pero de momento eso nos está vetado a los bicigrinos.


     Así que, como siempre, nos levantamos los últimos y aún medio dormidos atravesamos los arcos de las ruinas de San Antón, preludio del precioso pueblo de Castrojeriz, donde cada una de sus piedras rezumaba historia. Y había muchas piedras rezumantes. Como ya habíamos escarmentado de las subidas pedregosas, escapamos de un pqueño cerro traidor y tomamos el desvío a Castrillo Mata-judíos. El comentario sobre el topónimo lo omito de momento.

     
     A pesar de los páramos y la soledad, seguimos encontrando gente curiosa a lo largo del Camino. Justo a la entrada de Palencia (concretametne en el mojón que indica el cambio de provincia), conocemos a una bicigrina que estaba haciendo el camino desde Valencia en compañía de Wendy, su caniche. Con calma, disfrutando muchos ratos a pie para que estire las patas la perrilla, e incluso para disfrutar de la conversación de algún caminante, al tiempo que arrastra la bici.


      Llegamos a Frómista, donde me enamoro de San Martín, o por mejor decir, de sus capiteles románicos. Tanto que por la noche se me aparecerían en sueños... Y eso que esa noche dormí muy bien acompañada.  

     Y después de Frómista llegaría el tormento de una constante, casi imperceptible subida, por los desérticos campos palencianos. Menos mal que hacemos el camino sólo de ida, porque sólo de pensar en volver a hacer kilómetros de secarrales, polvo y piedras, me pongo enferma. 

     Insufrible la etapa desde Carrión de los Condes hasta Calzadilla de la Cuesta, donde encontramos un oasis en forma de albergue. Allí, por primera (y espero que no sea por última vez) pudimos dormir en dos camas juntitas. De esto no hace falta que entre en detalles...

     Y como ahora mismo ya no tengo fuerzas ni para sujetar el boli, lo que ha pasado en el día de hoy lo escribo con guiones. O en breves pinceladas, como dirían los académicos repelentes: 

- Descuento en el desayuno porque no tenemos dinero.

- Pasamos por un pueblo que se llama Terradillos de los Templarios.

- En Sahagún nos entran los agobios de la muerte y pasamos de visitar nada.

- Sabiamente elegimos no coger la Calzada de los Peregrinos y seguimos por el Real Camino Francés.
- Paramos a comer en el Burgo Ranero, donde nos encomiendan la misión de llevar unas gafas hasta Mansilla de las Mulas, donde nos esperaba una más que agradecida propietaria. Y si el ambiente del albergue de Burgo ya era genial, no tengo palabras para el de Mansilla. La hospitalera del Albergue Municipal de Mansilla es totalmetne genial. Saca una sierra para amputar pies y un martillo para las uñas negras. Aquí descansamos, caen un par de jarritas de cerveza con sus respectivas aceitunillas y al llegar al albergue nos encontramos la cena hecha.



- Que las fiestas del pueblo las disfruten los caminantes, que esta pareja de bicleteros está medio muerta.


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